El ejecutivo de Rusia dijo que la intolerancia y la agresión ocupan los niveles más bajos de la cultura, tras las protestas decembrinas donde algunos portaron esvásticas.
Reuters / La Jornada
Moscú. El presidente ruso exhortó el lunes a una ofensiva contra nacionalistas de extrema derecha, el más reciente esfuerzo del Gobierno para frenar los movimientos neonazis después de que Moscú presenció los peores enfrentamientos raciales desde la caída de la Unión Soviética.
Los movimientos neo nacionalistas ganaron terreno y aumentaron sus miembros durante el año pasado, lo que impactó a las autoridades y a muchos rusos. En manifestaciones, algunos promocionan esvásticas y cantan consignas como "¡Rusia es para los rusos!".
"Recordemos el triste ejemplo de la Alemania nazi. Esto en definitiva asestó un golpe a la nación alemana", dijo Medvedev a importantes legisladores. "Todos los nazis, independiente de dónde vienen... simplemente socavan los cimientos culturales de nuestro Estado", agregó.
En diciembre, Moscú vio los peores disturbios de su historia postsoviética. La policía fue incapaz de detener cerca de 7 mil jóvenes que se reunieron cerca del Kremlin de golpear a personas de apariencia no eslava.
El primer ministro Vladimir Putin condenó los disturbios, llamándolos "xenofobia".
En comentarios realizados por la televisión estatal, el presidente Dmitry Medvedev dijo: "La intolerancia, agresión y la parcialidad son fenómenos que, como regla, ocupan los niveles más bajos de la cultura".
"Esto debe ser contrarrestados con una seria respuesta (...) la paz interétnica y la armonía son importantes para todos", agregó.
La violencia racial se generó tras el asesinato el 6 de diciembre de Yegor Sviridov, un simpatizante del club de futbol Spartak de Moscú, durante una pelea entre un grupo de rusos e inmigrantes del norte del Cáucaso, la región más volátil del país.
La semana pasada una fuerte presencia policial logró sofocar una manifestación neo nacionalista en el centro de Moscú que según los organizadores era una protesta en contra de las personas del norte del Cáucaso.
Críticos dicen que el Kremlin es responsable por el ascenso de los movimientos neo nacionalistas, sosteniendo que se les ha permitido florecer en años recientes.
A diferencia de muchos activistas de derechos humanos y de la marginada comunidad gay del país, a los neo nacionalistas se les ha permitido realizar demostraciones, un derecho garantizado por la constitución rusa.
A principios del año pasado, un juez ruso que condenó a neo nacionalistas por delitos de odio, Eduard Chuvashov, fue muerto a tiros en la escalera de su apartamento mientras salía hacia el trabajo. Sus agresores continúan en libertad.
La violencia y la frecuencia de los incidentes racistas que implican fanáticos rusos han aumentado las preocupaciones por la seguridad durante el Mundial de fútbol del 2018, del que el país será sede.
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