Rodrigo Vera / Proceso.
MÉXICO, D.F., 1 de noviembre (apro).- La Arquidiócesis Primada de México, que preside el cardenal Norberto Rivera Carrera, ha reconocido que en distintos puntos del país puede haber capillas construidas por el narcotráfico, como la que edificó en la ciudad de Pachuca el capo Heriberto Lazcano, El Lazca, jefe de Los Zetas.
En el editorial de su semanario Desde la Fe, de esta semana, la arquidiócesis afirma: “Para vergüenza de algunas comunidades católicas, hay sospechas de que benefactores coludidos con el narcotráfico han ayudado con dinero del más sucio y sanguinario negocio en la construcción de algunas capillas, lo cual resulta inmoral y doblemente condenable, y nada justifica que se pueda aceptar esa situación”.
Bajo el título “Barbarie inhumana”, el editorial reconoce que el narcotráfico penetró a la Iglesia, como ya ha penetrado en otras esferas.
“¿Qué estado de la República está libre de ese flagelo?, ¿qué sector de la población no está involucrado con el poder corruptor del narcotráfico y la delincuencia que de allí se deriva? Podemos comenzar por políticos de gran altura, sin duda alguna, desde gobernadores hasta corporaciones policiacas enteras, pasando por militares y policías federales”.
Sin embargo, el vocero de la arquidiócesis, Hugo Valdemar, se negó a dar los nombres de esos políticos y corporaciones policiacas involucradas con el narco.
“No es nuestra responsabilidad dar nombres, nosotros no somos la PGR, es sólo nuestra opinión”, dijo el sacerdote a Milenio Televisión.
Y aunque abundó en lo dicho por Desde la Fe, en el sentido de que el narcotráfico ya alcanzó a la Iglesia, al señalar que este flagelo empieza a “permear” a esa institución, y eso “nos preocupa mucho a la Iglesia católica”.
A fines de octubre se descubrió que la Capilla de la Virgen de San Juan de Los Lagos, ubicada en la colonia Tezontle, en la periferia sur de Pachuca, fue edificada por El Lazca.
El Congreso del estado de Hidalgo exigió a las autoridades judiciales que abrieran una investigación. La Procuraduría General de la República abrió la averiguación previa AP/PGR/PACH/I-V/752/2010 para indagar si la capilla efectivamente fue construida por el capo oriundo de Apan, Hidalgo. Lavado de dinero, el presunto delito.
De inmediato, el mismo Hugo Valdemar pidió a las autoridades judiciales que castigaran a los sacerdotes que pudieran estar involucrados con El Lazca.
“Si un sacerdote sabe que el donador es un delincuente, pues se convierte en cómplice, lo cual es gravísimo, y sería sano que se le iniciara una investigación penal”, dijo.
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