martes, 22 de diciembre de 2009

Peña Nieto con el Papa y Salinas. Priistas laicos con De la Fuente y Zedillo

Por Federico Arreola (SDP)

La lectura, ya avanzada la mañana, de la columna de Julio Hernández en La Jornada me ha obligado a actualizar mi texto. Al final del mismo, la conclusión que añado.

Nada mejor escrito sobre el novio y futuro esposo de La Gaviota que lo publicado este lunes, en Reforma, por Miguel Ángel Granados Chapa:

La reunión que sostuvo Enrique Peña Nieto con el Papa Benedicto XVI, dice el columnista citado, “muestra los extremos a que es capaz de llegar el candidato de Televisa a la Presidencia de la República. También enseña que ningún recato contiene al aspirante presidencial en sus afanes publicitarios: usa su relación sentimental para conmover a las multitudes que asisten a la telenovela de la actriz y el político. Y también pone de manifiesto el vínculo estrecho, de política real y no sólo de imagen, entre Peña Nieto y la Iglesia católica”.

Peña Nieto, graduado en una universidad administrada por el Opus Dei, suele convertir “actos rituales de su familia en acontecimientos políticos y sociales. Eso ocurrió apenas en agosto pasado, cuando sus hijos menores, Alejandro y Nicole, hicieron su primera comunión en la catedral de Toluca. La fiesta posterior a la misa fue encabezada por Carlos Salinas de Gortari”.

Con muy buen estilo, Granados Chapa ha relacionado a los tres pilares de la ya iniciada campaña electoral de Peña Nieto: la iglesia, el equipo de Salinas y Televisa. Pero, a pesar de la fuerza de estos tres grupos, no es todavía ciento por ciento seguro que el gobernador del Estado de México logre la anhelada candidatura presidencial priista.

Tendrá que superar algunos escándalos que, ha trascendido, se le vienen encima. De índole personal, casi todos, aunque no se descartan líos patrimoniales como los que tanto dañaron a su antecesor en la gubernatura mexiquense, Arturo Montiel.

Pero no son tales escándalos, ya anticipados por algunos militantes del PRI, lo que más podría perjudicar a Peña Nieto, quien sin duda es el aspirante más popular con el que cuenta ese partido. Más grave es que bastantes priistas importantes empiezan a ver, no solo inconveniente, sino aun como un acto de traición la candidatura presidencial de alguien tan alejado de uno de los pocos principios que toda la vida ha defendido el priismo: el del Estado laico. Particularmente dura con el enamorado de La Gaviota ha sido la señora María de los Ángeles Moreno, una mujer que podrá no ser popular pero que dentro del PRI influye más de lo que Enrique Peña quisiera.

Si la candidatura de Peña Nieto se impone en el PRI, serán numerosos los militantes de este instituto político que apoyarán, en 2012, a otras opciones políticas, sobre todo a la que presente la izquierda. Inclusive, no se descarta que los priistas molestos por la cercanía de Peña Nieto con la iglesia pudieran lanzar, valiéndose de cualquier partido pequeño, a su propio candidato a la Presidencia, lo que complicaría en exceso la próxima contienda electoral federal.

Conclusión después de leer a Julio Hernández, de La Jornada:

Los priistas laicos que se irían del PRI como protesta por la candidatura católica y papista de Peña Nieto, de ninguna manera apoyarían a AMLO. Serían capaces de ir por el PRD si, y solo si este partido, dominado por los chuchos, impusiera como candidato presidencial a alguien como el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, quien ha aparecido ya al lado de algunos militantes destacados del PRI denunciando el excesivo acercameinto del gobernador del Estado de México con la iglesia.

Me queda claro que detrás de esa rebeldía laica se encuentra otro político priista no iglesiero, el ex presidente Ernesto Zedillo, no por convicciones religiosas, sino por su enemistad con Carlos Salinas. Es obvio que Zedillo hará cualquier cosa que pueda para debilitar la posibilidad de que vuelva al poder Salinas, el verdadero jefe de Enrique Peña Nieto.

¿La izquierda participaría en eso? El PRD chucho,sí, sin duda. Marcelo Ebrard probablemente no, pero lo ignoro a ciencia cierta. Y Andrés Manuel López Obrador definitivamente no lo hará. AMLO, me queda claro, seguirá buscando la transformación de México desde abajo, con su movimiento popular que no es partidista, sino ciudadano, que es al que yo, personalmente, apoyo.

Si el PRD pactara con los laicos del PRI, habría un escenario complejo en 2012:

El PRI salinista nominaría al papista Peña Nieto.

El PRD chucho entregaría sus siglas a los expriistas laicos zedillistas con De la Fuente como líder.

El PAN, en su peor momento, iría con cualquiera que más o menos le garantizara mínimos de votación.

Y la izquierda real, ciudadana, iría de nuevo con AMLO (ojalá también con la participación de Ebrard en este proyecto).

Eso, naturalmente, meterá en problemas a tres políticos priistas importantes:

A Liébano Sáenz, gente de Zedillo (al que seguramente le debe más que favores). Si no por otra cosa, proque Liébano ahora se especializa en hacer encuestas cuchareadas a favor del salinista Peña Nieto, lo que a Zedillo debe desagradar bastante.

A Manlio Fabio Beltrones, muy cercano al grupo salinista, pero al mismo tiempo muy alejado de Peña Nieto. Podría ser la segunda opción de los priistas laicos, pero tendría que romper definitivamente con su ex jefe Carlos Salinas, algo a lo que quizá Beltrones no se atreva todavía.

Y a Beatriz Paredes, que por falta de carácter y por compromisos con Salinas va a tener que apoyar al mocho Peña Nieto, lo que terminará de acabar con su prestigio de mujer liberal, ya muy dañado por la defensa que ha hecho de las leyes anti aborto.

En cualquier caso, hay algo seguro: el papismo de Peña Nieto está dividiendo al PRI, y esto todo lo cambia.

Los priistas normalmente arreglan sus diferencias, y van unidos a los procesos electorales. Pero a veces no lo han hecho. No lo hicieron en 1988, y surgió la fuerte corriente política de Cuauhtémoc Cárdenas. Entonces se pelearon por diferencias relacionadas con el modelo económico. Hoy pelean por el estado laico, ya se verá en qué termina la historia.

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