lunes, 4 de agosto de 2008

Felipe el usurpador no quiere que se recuenten los votos nunca

CONTAR VOTOS DE 2006 DAÑA INTERESES NACIONALES: CALDERÓN

Felipe Calderón se opuso directamente al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que impide la destrucción de las boletas electorales de las elecciones de 2006 -en las cuales se impuso a Felipe Calderón en el poder Ejecutivo mediante un fraude electoral- alegando que el conocimiento público de las boletas “puede generar daños a los intereses nacionales”, dió a conocer la revista Proceso en su edición del 3 de agosto de 2008.

En un reportaje firmado por Jorge Carrasco, Proceso revela que tras la decisión de la CIDH de solicitar al Estado mexicano que no se destruyan las boletas electorales de 2006, la administración de Calderón respondió a la CIDH con una petición para la anulación de su fallo con base en el alegato de que no hay ninguna justificación para que se abran los paquetes.

La CIDH emitió la solicitud para que no se destruyan las boletas electorales de 2006 como medida cautelar mientras resuelve si admite la denuncia de Proceso respecto a la violación del derecho de acceso a la información, pero el gobierno de Calderón solicitó que el fallo debe ser desechado tras calificarlo de imprecisión, desproporción, parcialidad y alejamiento a derecho. Calderón alega que no hay precedentes en el continente americano sobre una decisión como ésta sobre el acceso a las boletas electorales, lo cual, según el gobierno de Calderón, tendría consecuencias no sólo para México, sino para todo el continente, publicó Proceso.

El argumento legal de Calderón, revela Proceso, se refiere a que de acuerdo con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la información electoral debe limitarse “en función de que su conocimiento público puede generar daños a los intereses nacionales”, aunque no especifica a qué intereses se refiere.

El reportaje de Proceso también revela que la respuesta de Calderón a la CIDH cita las negativas del IFE, el TRIFE y la SCJN para el acceso de las boletas y agrega que las tres instituciones “hicieron lo que debían” al negar el acceso. Que el sistema electoral mexicano no considera las peticiones de acceso a las boletas y sí su destrucción.

Además, en lo que parecería un arrebato de cinismo, Calderón alega que la petición de acceso a las boletas electorales no tiene sentido, ya que la información “exacta” de las boletas se encuentra en las actas electorales, las cuales son públicas. Sin embargo, diversos análisis de las actas electorales revelan anomalías y errores en más de la mitad de éstas, lo cual convierte a las actas de escrutinio y cómputo, por sí mismas, en documentos imprecisos para conocer el verdadero resultado de la elección presidencial de 2006. Por si fuera poco, Calderón le pretendió dar lecciones de manejo interno a la CIDH al alegar que al fallar en favor de la suspensión de la destrucción de las boletas “interpretó mal sus propias reglas”.

Proceso solicitó desde 2006, mediante el IFAI, la examinación de las boletas electorales por considerarlas documentos públicos. El IFAI, no obstante, negó la solicitud de acceso a las boletas simplemente alegando que no se trataba de documentos públicos. El proceso legal para poder acceder a las boletas pasó por la SCJN, que le negó a Proceso un amparo contra la decisión del IFE de negarle el acceso a las boletas electorales, y llegó hasta la CIDH en 2008, cuando Proceso denunció ante el organismo dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), denunciando una violación al derecho de acceso a la información por parte del Estado mexicano, el cual está obligado al cumplimiento de los fallos de la CIDH. La CIDH aceptó atraer el caso y ordenó como medida cautelar la protección de las boletas para que éstas no fueran destruidas mientras llegaba a un fallo final respecto a la petición de Proceso. El semanario responderá a los argumentos de Calderón ante la CIDH en las próximas semanas.
(enlace a nota en SDP)