(Por Alberto Sladogna)
Vivimos una guerra de nuevo tipo: la guerra mediática. A consecuencia del fraude mediático/cibernético 2006 se despliega una guerra de alta intensidad: se desarrolla en el territorio mental, psíquico. Esa guerra mental y por eso tiene consecuencias en nuestras vidas, afecta nuestros cuerpos, nuestros sueños, nuestros deseos. Veamos
El Lic. Calderón declaró: “Haiga sido, cómo haiga sido, gane”. Eso implicó alterar las fronteras entre legalidad e ilegalidad: lo ilegal se convierte en legal y un sector de la población lo toma así. Manuel Espino ex secretario del PAN, declaró que ante el impacto de la denuncia respecto del Sr. Hildebrando, “fabricante” de los medios cibernéticos del IFE –familiar del Lic. Calderón-, frente al impacto Espino obtuvo el apoyo de los gobernadores del PRI. Su declaración no sólo es la confesión de una alianza política PAN/ PRI, tiene un plus: ya es “legal” que los gobernadores orienten las “preferencias” del electorado de su estado. Otra vez lo que era ilegal ahora se lo dice y confiesa como algo “natural” y en consecuencia, es “legal”.
Asistimos a una transformación de bastas consecuencias: no sólo son “legales” si no que, además, sin vergüenza, sin recato o sin pena, sin “culpa” se las confiesa públicamente, ambas declaraciones no son producto de un chisme o un rumor o de una confidencia: la declaración de Lic. Calderón se produjo en la TV; Manuel Espino publicó un libro con esa información; el SDP informó del senador del PRI quien declaró el carácter fraudulento de las elecciones del 2006, ellos lo sabían, pero, pero, pero… el PRI para salvar “sus” instituciones declaró legal el resultado.
Todo esto se hace en forma pública a través de los medios y los medios son la cosa pública nueva; ellos no distorsionan la realidad son los inventores de la realidad, eso es un cambio que no siempre el gobierno legítimo ha estudiado en detalle. Esos medios son la fábrica de la realidad para muchos ciudadanos cuyas mentes se construyen con esos medios; esas mentes están sometidas a diversas medidas de “limpieza” mental, en otras épocas, los gringos acusaban a los comunistas de “lavar el cerebro” de la gente, ahora la tintorería cambio de sede, más bien, se hizo global ¿Cómo se hizo global?
En el rescate de Ingrid Betancourt, la rescataron del gimnasio de las FARC que funciona en las selvas colombianas, eso nos mostró su imagen lozana, eran terribles las musculaturas de los otros liberados. El día de ayer el Sr. Uribe, presidente de Colombia, reconoció que sus tropas emplearon helicópteros con las insignias de la Cruz Roja y frente a eso, sin empacho alguno declaró: “Pedimos al Comité Internacional de la Cruz Roja que nos perdone”, ¡¡¡Perdonar!!! ¿¿¿Perdonar??? Cómo se puede perdonar aquello que se hizo sin ningún asomo de culpa por parte del ejecutante de la acción. Él no solicita un perdón, sólo informa por los medios, que lo hizo y san se acabo. El Lic. Calderón, el Lic. Uribe, el presidente francés Sarkozy son tres discípulos aventajados de la nueva escuela de la “realidad política”: los medios.
El Sr. Emilio Azcárraga Milmo declaró:”Soy un soldado del PRI”, colocaba su cadena de radio y TV al servicio de ese partido; hoy su hijo, Emilio Azcárraga Jean, hace otra cosa, “El PRI es un soldado más de Televisa”, es decir, la televisora organiza, ordena, fábrica la “realidad política” de las grandes ciudades de nuestro país. Esas grandes ciudades, comenzando por el DF, han sido dejadas de lado por el gobierno legítimo y quizás eso acarree más de una consecuencia.
Los medios construyen al ciudadano como “consumidor”, el consumo se almuerza al “ciudadano”. Enfrentar eso sólo con que “El pueblo no se equivoca”, les deja a esos medios el campo de las mentes. A consecuencias de qué, más allá de sus posibles y notorios errores, a consecuencias de qué el Sendero del Peje no es considerado aún por las Adelitas, los brigadistas y los simples ciudadanos comunes que se enfrentan sin muchos recursos a los recursos “infinitos” de esos medios. Medios destinados a vaciar nuestros deseos, nuestras esperanzas, para lograr requieren vaciar nuestras mentes.
Conviene aprender de otras experiencias cercanas a las nuestras, y darle lugar a que “Los medios son las fuerzas de ocupación en las cabezas; hoy la batalla es en la mente”; ” ¡Apaga la Tele! ¡Encendamos nuestra cabeza! ¡Forjemos otros canales y otros medios, como por ejemplo, el SDP!”