domingo, 1 de julio de 2007

CORAZONES DESBORDADOS

De la Lámpara de Diógenes:
Nuevamente, a un año del agravio a la nación, las calles de la Ciudad de México se colmaron hasta el tope para llenar en absoluto la Plaza de la Constitución y sus alrededores. Desde temprana hora la gente comenzó a aglutinarse por Paseo de la Reforma, a las diez de la mañana miles de almas iniciaron, junto con el Presidente Legítimo y su gabinete, la marcha hacia el corazón político del país, el zócalo.




Eran miles, pero miles y miles de corazones desbordados de entusiasmo. El coraje del fraude ya quedó atrás, pero el coraje para seguir defendiendo, con justa razón, la dignidad de un pueblo va para adelante y para arriba.

Contrario a lo que muchos piensan, este movimiento está muy lejos de debilitarse y cada vez está más cerca de comprender que el poder está en la voluntad de los ciudadanos, de los cuales ya, más de un millón están acreditados como representantes del Gobierno Legítimo.

Al llegar AMLO al templete saludó a los representantes de los partidos que conforman el FAP, a Rosario Ibarra y muy efusivamente al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard.


En ese instante las voces se alzaron y bajo la dirección de Eduardo García Barros el Coro Monumental entonaron las composiciones "Sueños" y "Aforismos" de Arturo Márquez, basadas en textos de Martin Luther King y Mahatma Gandhi que días antes estuvieron ensayando.

El discurso de AMLO fue claro y contundente - "El propósito de nuestro movimiento es la transformación del país." A diputados y senadores del FAP les hizo un llamado a que por ningún motivo aprueben la reforma fiscal. -"Cero, lo repito, cero negociación con quienes sostienen una política contraria al pueblo y entregan la soberanía nacional al extranjero."

Casi al final de la asamblea, se pactó un compromiso para acudir al llamado de una convocatoria nacional, con carácter de extraordinario, en caso del que el gobierno espurio introduzca una iniciativa para reformar la Constitución con el fin de entregar el petróleo a empresas nacionales o extranjeras.


La grandeza de este país está en su gente, gente hecha de barro y maíz que a pesar de tanto sufrimiento, de tanta injusticia y de una obscena desigualdad, su gente tiene la capacidad de ser feliz y eso, debe llenarnos de dignidad.




Más fotografías en la Lámpara de Diógenes.