Para taparle el ojo al macho y dar la apariencia de que no quedaron como viles burros, el USURPADOR hizo una cursilísima (y mentirosa) declaración diciendo que los militares habían muerto "como héroes". Ajá. Como si morir en un pleito de cantina hiciera a alguien héroe. Pero no contento con eso, y para que pareciera que estaban "combatiendo al narco", el enano usurpador mandó tomar el municipio de Carácuaro y a desarmar a la policía municipal. Arrestaron a unos cuantos e hicieron mucho ruido en la tele.
¿Y todo para QUÉ?
Pues para que no sólo NO encontraran a nadie a quien fincarle responsabilidades, sino además para que acabaran los soldados SIENDO ACUSADOS DE ABUSOS Y TORTURAS por los pobladores de Carácuaro. Dice El Universal:
Indaga la CNDH presunto abuso militar en Carácuaro
El día de la Santa Cruz quedará grabado en la memoria de este pueblo. Ese día todos los hombres que se encontraban aquí -unos 80 entre jóvenes, ancianos y niños-
GUACAMAYAS, CARÁCUARO, Mich.- El día de la Santa Cruz quedará grabado en la memoria de este pueblo. Ese día todos los hombres que se encontraban aquí -unos 80 entre jóvenes, ancianos y niños- fueron sometidos violentamente por soldados y agentes federales.
El pasado jueves los elementos de las fuerzas castrenses intensificaron la búsqueda del grupo armado que enfrentó y mató a cinco militares hace más de 120 horas. Según las denuncias de ocho de ellos, se les insultó, mantuvo hincados y varios de ellos fueron golpeados.
Libres ya desde hace unas 24 horas, ocho de los 10 que fueron detenidos -otro es menor de edad y hasta el lunes se le otorgará la salida del Consejo de Menores- denunciaron los abusos de que fueron víctimas ante visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que arribaron ayer a esta comunidad.
Sólo a uno de los detenidos en este poblado, Inocencio Marinque García, se le acusa de que al momento de la detención tenía en su poder dos kilos de mariguana, pero no de la muerte de los cinco militares, según denunciaron sus familiares.
Y mientras, el Ejército desapareció prácticamente de la zona. Los soldados abandonaron incluso las instalaciones del palacio municipal donde se mantuvieron los últimos días. No hubo información oficial sobre el repliegue militar. Simplemente se fueron, aunque hasta ayer por la tarde se observó el sobrevuelo de al menos dos helicópteros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En tanto, la mayoría de los policías municipales de Carácuaro renunció. De los 20 elementos, sólo el comandante Jesús Maldonado, los dos jefes de grupo que aún se encuentran retenidos por la Procuraduría General de la República y cuatro elementos más, se mantienen activos. Las autoridades municipales les pidieron quedarse en sus puestos.
Al filo de las 15:00 horas llegaron a las afueras de la presidencia municipal del poblado dos visitadores adjuntos de la CNDH, Román Vázquez Días y Ricardo Cruzaley, además de la perito médico María de Laura Arreguín Medel.
Instalaron una mesa para recibir denuncias sobre presuntos abusos de autoridades federales que se hubieran cometido durante el operativo militar-policiaco que se efectúa aquí.
Hasta el lugar llegó un grupo de al menos 50 personas del poblado de Guacamayas para asentar sus denuncias en el expediente 207/1909/2/Q.
Por la mañana, en Morelia, el gobernador Lázaro Cárdenas Batel dijo que los operativos deben realizarse con pleno apego a los derechos humanos. Sin embargo, el mandatario estatal dijo que las denuncias por violaciones de este tipo "no deben ser una cortina de humo" que se utilice para favorecer a grupos delictivos.
Al encabezar la ceremonia del 5 de Mayo, Lázaro Cárdenas Batel se refirió a la serie de denuncias hechas ante organismos de derechos humanos, y dejó en claro que el asunto del narcotráfico no es de gobernabilidad sino de seguridad nacional, aunque efectivamente complica la consolidación de la primera.
La noche de ayer periodistas presentaron una denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por abusos de militares adscritos a la 21 zona militar. Los diaristas Rúsel Pérez y Alonso Hernández, camarógrafo de Telemundo y fotógrafo de Excélsior, respectivamente, fueron agredidos por soldados e incluso, les fue quitado y dañado parte de su equipo de trabajo.
Esta última denuncia fue enviada a la Dirección de Agravios a Periodistas de la CNDH, la cual se pronunciará en las próximas horas, respecto a los abusos de que fueron víctimas los diaristas.
Operativo en Guacamayas
Al filo de las 11:30 horas del pasado día 3, un helicóptero militar descendió en el claro de una de las huertas de mango localizadas en el poblado de Guacamayas. En él venían unos 20 soldados que inmediatamente se esparcieron por el lugar. Simultáneamente, otras dos aeronaves bajaron con mas militares que tomaron posición y al primero en detener fue a Inocencio Manrique García que se encontraba dando de comer a sus animales.
Al lugar también llegaron policías, que los pobladores identifican como agentes federales, que rodearon todo este poblado habitado por no más de mil 500 personas. La gente comenzó a sorprenderse y muchos de ellos corrieron hacia la calle principal del lugar, donde ya tenían los soldados y policías a cerca de 20 hombres tirados en el suelo. A las mujeres les fue impedido acercarse al lugar mientras los militares iban de casa en casa sacando a los hombres que encontraban a su paso.
Incluso, en algunos de los domicilios los militares entraron y, según denuncias de los habitantes, se apoderaron de objetos de valor.
Al final, los cerca de 80 hombres que se encontraban en el poblado en ese momento, fueron obligados a permanecer tirados en el suelo. No se les permitió levantar la cabeza ni mirar a quien iba al mando del operativo. Posteriormente se les dijo que debían hincarse y así permanecieron durante casi una hora, hasta que sólo a 10 de ellos se les vendó la cabeza y se les subió a camionetas para conducirlos a helicópteros a fin de llevarlos a la 21 zona militar.
Los denunciantes dijeron que al llegar a las instalaciones militares fueron golpeados y se les exigió declararse culpables de la muerte de los soldados. Ninguno de ellos lo aceptó ahí ni ante el agente del Ministerio Público federal. Este sábado fueron liberados ocho excepto un menor e Inocencio Manrique García.
Como pueden ver, aquí tienen otro pueblo más que le agarra ojeriza a los soldados por ojetes, torturadores Y RATEROS. De pilón, como en los tiempos del PRI, pretendieron extraer una confesión FALSA por medio de TORTURA.
Con razón sacaron al ejército de Carácuaro sin decir nada para que no se hiciera más grande el escándalo. Esto bien se pudo convertir en otro Atenco o en otro Oaxaca. Y claro, la mala fama de los soldados--ya de por sí mala por el caso de Zongolica--hubiera quedado mucho peor.
Sobra decir que ante esta situación, ahora el repudio contra el ejército seguirá creciendo. Si lo que pretendía el ESPURIO era guardar las apariencias de disque muy chipocles, ahora se ganó todavía más antipatías. Y recordemos: se trata de gente humilde que no le hace daño a nadie. Pero se metieron con ellos. Y es precisamente entre la gente humilde en donde se dan los levantamientos sociales.
Ah, y en caso de que se estén preguntando si sirvió de algo que hicieran todo este pancho para frenar el crimen, les informamos que ayer hubo 6 ejecutados en Michoacán. ¿Lindo, no?
Por esto y mucho mas es un honor estar con Obrador.