En conferencia en Seminario en Lima el Nóbel 2004 de Economía pide no utilizar recursos publicos para rescatar empresas ineficaces.
Lima, 9 dic (EFE).- El premio Nobel de Economía de 2004, Finn Kydland, dijo hoy en Lima que “los despidos masivos son inevitables” porque las empresas deben mantener sus niveles de eficiencia y prevenir que la crisis tenga un efecto negativo a largo plazo.
“No es buena idea mantener vivas a las empresas ineficaces” para que puedan competir contra sus similares en todo el mundo y además, se correría el riesgo de trasladar los altos costos de los bienes a los consumidores, dijo el economista noruego.
En un discurso pronunciado durante la inauguración del XIX Seminario Anual del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES) 2008, Kydland recomendó que si el problema de los despidos masivos persiste a largo plazo se deben implementar soluciones políticas como las mejoras en los seguros de desempleo y los programas de capacitación.
También defendió la necesidad de invertir en el cambio tecnológico y el desarrollo de las infraestructuras como elementos claves para lograr un crecimiento económico a largo plazo.
“Considero que el cambio tecnológico es fundamental para el crecimiento de la economía”, aseveró el experto en su conferencia magistral “Consistencia en política económica y el crecimiento de las naciones” y en una posterior rueda de prensa.
Insistió en que la renovación tecnológica debe incrementarse “a lo largo del tiempo” porque influye en la productividad del país, así como alentó a ordenar las prioridades en los gastos en el desarrollo de las infraestructuras.
Kydland -galardonado con el Nobel junto a Edward Prescott, “por sus contribuciones a la Macroeconomía dinámica: la consistencia en el tiempo de la política económica y las fuerzas impulsoras detrás del ciclo económico”- también abogó por la importancia de la “confianza” y se pronunció en contra de medidas proteccionistas.
Recordó el caso de Irlanda, que en la década de los sesenta apostó por una educación secundaria gratuita y creó una fuerza laboral bien educada treinta años después, período en que además adoptó una política fiscal a largo plazo, que se cumple a rajatabla.
Para Kydland, es importante que las políticas deben “gozar de credibilidad y ser previsoras para evitar -según dijo- la enfermedad de la inconsistencia”, como consecuencia de las presiones de intereses creados que se ejercen contra el gobierno, los cambios en las reglas de juego o las medidas a corto plazo.
En el seminario que concluye el próximo viernes, el experto subrayó que las políticas económicas se deben pensar a “largo plazo” para poder lograr un crecimiento de la productividad y la acumulación del capital”.