Por Federico Arreola
Sobran los panistas que vienen al SDP a dejar sus comentarios. Hasta donde sabemos, desde el gobierno los envían a este sitio de internet simplemente a dar lata. Con numerosas agresiones, insultos, calumnias y hasta uno que otro argumento intentan refutar los textos de quienes publicamos artículos en el Sendero del Peje. Les pagan por hacerlo y cumplen con su trabajo, lo que hacen normalmente con horario burocrático. Nosotros les permitimos expresarse porque creemos en la libertad y la practicamos. Ayer, a propósito de algo que publiqué acerca de los moneros que hacen El Chamuco, varios simpatizantes del PAN decidieron elogiar a Calderón (el que publica cartones en Reforma, no el que despacha en Los Pinos), un tipo arrogante al que ellos llaman, con orgullo, “el monero de la derecha”. Pretendían, pero ciertamente no lo consiguieron, restar méritos a Rius, El Fisgón, Hernández, Helguera, Rapé, Patricio y Cintia Bolio. Por supuesto, representa una tontería mayor comparar al “monero de la derecha” con los chamucos. Es que, sin duda, por tres razones ellos no son comparables. La primera, porque mientras a los chamucos les sobra talento, a Calderón le falta. La segunda, porque mientras los chamucos son periodistas que ejercen su oficio con honradez y dignidad, Calderón es simplemente un propagandista al servicio del PAN. Y la tercera, porque mientras los chamucos basan sus críticas en la información objetiva, Calderón es un difamador profesional.
Tristemente, no es el único en el PAN. Abundan y ya se preparan para la guerra sucia del 2009.