domingo, 11 de marzo de 2007

LA GIRA DEL ASESINO.

Una única intención PDF Imprimir E-Mail
domingo, 11 de marzo de 2007

Por Ricardo Andrade Jardí

Cada vez es más claro que la gira del asesino terrorista G. W. Bush por Latinoamérica, en el peor momento de su carrera política y en el que su popularidad es la más baja que un presidente gringo haya tenido en la historia moderna de aquel vecino país, responde al miedo paranoico que el imperio está experimentando a raíz del vuelco social que ha tenido el Continente y muy particularmente el Sur.

La "visita" de Bush por el Cono Sur tiene como objetivos primordiales el intentar romper la fuerza del MERCOSUR y promover las "bondades" del ALCA, al tiempo que intenta banalizar la revolución bolivariana de Hugo Chávez, declarándose él mismo como bolivariano, lo que es posible que ni siquiera sepa qué significa y mucho menos quién es Simón Bolívar.
Pero el neoliberalismo tiene la virtud de desprestigiar las ideas y los conceptos. Baste de ejemplo la democracia y la libertad tan manoseados por los discursos imperialistas que es difícil ya saber si libertad es lo mismo que invasión y democracia lo mismo que fraude y producto de fraude es la presidencia de Bush.
Donde el asunto cambia es en la indeseable "visita" del terrorista número uno a nuestro país, donde no es necesario que se reivindique bolivariano o zapatista, pues su encuentro con Roberto Hernández es una reunión entre iguales, es decir: entre hampones, donde la presencia del caballerito FeCal sirve sólo para hacer las veces de testigo presencial de los acuerdos que en materia de energéticos, "soberanía" y narcotráfico resulten de la importante entrevista Bush-Hernández.
Bush nos hablará de un futuro acuerdo migratorio y de un miserable apoyo económico para desarrollo social o algo así, mientras la telecracia festeja los avances impensables del gobierno espurio y su relación bilateral con el espurio gobierno del Norte, y así serán las próximas semanas o meses, al tiempo que, el ex dueño de Banamex, sigue despojando a los campesinos de sus tierras "comprándolas" en 60 centavos por metro cuadrado y pagándolas en abonos, para convertirlas en exclusivos centros de retiro para la pudiente burguesía de "América".
Que nadie se equivoque. La "visita" de Bush a nuestro agraviado México responde a la urgente necesidad de garantizar la explotación y comercialización del petróleo mexicano por las trasnacionales gringas, para que por un lado fortalezcan las expectativas electorales republicanas y por otro garanticen un millonario retiro de Bush, familia y administración, una vez que tengan que dejar por razones, más que evidentes, sus carreras políticas.
Bush estará cuarenta horas en México con una única intención: dejar claro que al banquero que lo recibirá en su "ranchito" no sé le toca y servirá para aprovechar también, para que el mundo entero sepa que el petróleo mexicano tiene dueño: Halliburton Industries.